Este canto que yo canto
lo aprendí de un ruiseñor.
El cantaba en una jaula
y yo canto en mi prisión.
--o--
Mis rejas no son de hierro
son barrotes de pasión.
¡Malhaya! quien me los puso
que mi canto enveneno.
--o--
La pasión que te encadena
no se diga que es de amor.
Que si te quita albedrío
mas que dicha da dolor.
5 comentarios:
Nada de cadenas para la pasión y sí, sí coplillas que lo liberen.
Besos
HOLA ¡ BELLAS PALABRAS ¡ PASO A DEJARTE MI CARIÑO DE SIEMPRE ¡
Precioso poema ,gracias por visitar mi blog
Un abrazo
Difícil no debería ser amar...menos privar de libertad ...
Muy linda las coplas!
Tristes estas coplillas que hablan de prisión, pero perfectas en su composición.
Buen día.
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