dos amigas en la distancia.
Junte mi negra pena
con tu pena
y el campo se regó
con nuestro llanto.
En él, lo mismo que diamantes,
brillaron nuestras lágrimas,
y al verlas relucir,
sobre la verde hierba,
alzamos, al unisono,
al cielo la mirada.
!Brillaba el sol!
Enjuagamos el llanto
con mil besos
¡Brillaba la esperanza!