Te fuiste:
Cuando la luz,
de una tarde de Marzo,
se moría.
Se apagaron:
La luz de tu mirada.
Cuando la luz,
de una tarde de Marzo,
se moría.
Se apagaron:
La luz de tu mirada.
Tu radiante
sonrisa.
Tus amantes palabras.
Y aquella noche fue:
¡La noche!
La primera sin sueño
de muchas noches largas.
Anhelando tu risa.
Los besos de tus labios.
Tu caricia en mi pelo.
La fuerza de tus manos.
Tus amantes palabras.
Y aquella noche fue:
¡La noche!
La primera sin sueño
de muchas noches largas.
Anhelando tu risa.
Los besos de tus labios.
Tu caricia en mi pelo.
La fuerza de tus manos.
entre la negra pena,
renació la esperanza:
Se encendieron las luces
Estallaron las risas.
Retornaron los besos.
Fue ese, el día, que,
una pequeña mano,
acarició mí pelo
y una pequeña boca,
arrastrado palabras,
a mí me dijo:
¡Madre!
renació la esperanza:
Se encendieron las luces
Estallaron las risas.
Retornaron los besos.
Fue ese, el día, que,
una pequeña mano,
acarició mí pelo
y una pequeña boca,
arrastrado palabras,
a mí me dijo:
¡Madre!
4 comentarios:
Solo ser madre y sentir la patadita del hijo o la manita tierna acariciándonos, compensa la herida, la profunda e insondable herida, que supone perder esas manos mágicas que nos tejieron alas cuando éramos pequeños....No hay mejor forma de describirlo que como lo ha hecho este hermoso poema.
Qué ternura tu poema!! Me encanta. Abrazos
Abrazos Logia; estoy encantada con sentirte por mi " casa".
Jueves... ; gracias por tus palabras.
Perdón; "Ligia"
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