
( Mª del Carmen Calviño)
Yo soy como esas barcas,
de carcomido casco,
varadas en la playa
soñando singladuras
que no realizaran.
Eche amarras a puerto.
Por vivir a tu orilla
renuncie a navegar.
Me aposente en tu casa.
Para hacerla mas grata,
abrillante los suelos.
Levante las persianas
para que entrara el sol.
Colgué cortinas nuevas.
Almidone la ropa.
!La convertí en hogar¡
Perfume las estancias
sembrando, en las macetas,
hierbabuena y jazmín.
La vajilla, heredada,
lucio sobre el mantel,
y con ella las copas
donde el dorado mosto
se me convirtió en hiel.
El día que, de pronto,
te agobio aquel aroma,
y no sacio tu hambre
el pan que te amase.
Te fuiste, me dejaste,
buscando nuevo espacio
en donde respirar
Cerrando las ventanas
y dandote tu llave
quise también zarpar.
Pero ya era tarde, estaba,
como el de aquellas barcas:
Mi casco carcomido.
Sin velamen mi mástil.
!Trabado mi timón¡
3 comentarios:
Ay Cani, como me gustaría escribir como tú!
Tan duro es el desamor, mucho más de lo que hermoso puede llegar a ser el amor.
Biquiños!
Desgraciadamente hay demasiadas barcas varadas que habiendo renunciado un día a navegar, cuado pasado el tiempo quieren hacerlo la carcoma del tiempo se lo impide.
Que pases buenas vacaciones.
Nunca es tarde para emprender un nuevo vuelo, para volver a saborear la vida, para intentar partir de nuevo y volver a encontrarte contigo misma.
A veces lo damos todo, hasta nuestra vida, y de la misma manera se va y se lleva nuestra vida...
Precioso, un besote enorme cielo
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